PROYECTO : EL CUERPO – INTERVENCIÓN EN EL ESPACIO PÚBLICO
SUSTENTACIÓN
La política exterior y economía peruana se ha caracterizado desde los inicios de la sociedad peruana en su etapa republicana por el constante abandono de los intereses nacionales a favor de países y transnacionales extranjeras. Tratados limítrofes o comerciales lesivos a la soberanía y desarrollo nacional sumado a un modelo económico extractivo primario, propio de los países con fuerte legado colonial y de ninguna forma generador de progreso. Los países que alcanzaron el desarrollo no lo hicieron vendiendo barato sus recursos a capitales extranjeros, sino apostando en investigación y tecnología, destinada a fortalecer sus industrias. La lista de claudicaciones y entreguismos perjudiciales para la nación peruana es larga; desde la mutilación territorial (el área actual del Perú equivale a la mitad de la que tenía al iniciar la etapa republicana) originada por tratados entreguistas incluso luego de victorias militares, los contratos dudosos del la república guanera, los tratados comerciales que dejan fuera de competencia a las industrias locales frente a las poderosas y subsidiadas de origen foráneo, el remate de recursos tales como plata, oro y gas, concesión de espacio aéreo y portuario a países que nos espían, el abuso de telefónica, etc. Las voces mas ácidas de la intelectualidad peruana comparan al Perú con un burdel.
El nuevo orden republicano creó una serie de símbolos nuevos para reemplazar a los del viejo orden. El escudo, que acorde con la mentalidad colonial extractiva y rentista exhibe a las demás repúblicas sus ingentes recursos naturales, la bandera, el himno, y otros símbolos o alegorías como la madre patria, repetida en todos los países de herencia hispana. Manifiesta una fuerte herencia grecorromana, rasgo del neoclásico adoptado por los abanderados de las nuevas ideas de igualdad y libertad. Representa a un supuesto estado benefactor, guardián de los derechos e igualdades de todos sus integrantes sin distingos de ningún tipo, es decir, un estado maternal. En la práctica, esta madre estatal no considera iguales a sus hijos y privilegia a una reducida élite, que absorbe vorazmente sus recursos y que no solo oferta a los extranjeros el resultado del expolio, sino también a la misma patria a capitales foráneos. Si el estado peruano es una madre, hace tiempo que esta se encuentra prostituída por sus dirigentes.
Hago uso del cuerpo femenino por el uso y abuso que se le da en tiempos del capitalismo tardío, que lo convierte en objeto, producto y medio publicitario. Así, para elevar las cifras de ventas las grandes empresas no dudan en recurrir al voluptuoso cuerpo de una modelo. Convierto a la madre patria en una exuberante modelo muy presta a ofrecer sus atributos al mejor postor, tal como se hace con los recursos de la madre patria.
Para que el espectador termine la asociación cuerpo – estado, imitaré la gráfica e iconografía republicana del siglo XIX , eligiendo la serigrafía por las dimensiones que ofrece, por la rapidez y lo económico de su producción en serie , requisitos indispensables para obras destinadas a intervenir el espacio público y permanecer ahí hasta su retiro o limpieza.
Mariscal I
